Una Aventura en Venecia

De lo que voy a hablar nada tiene que ver con que Marta se liara con un gondolero de “jersey a rayas”, ni mucho menos que yo tuviera un idilio con una “guiri”  con pamela haciendo poses entre los canales.

Se trata de una aventura de verdad: La gran aventura de intentar ver Venecia en 1 día, en plena temporada alta y con un bebe a rastras.

Para nosotros Venecia era la etapa inicial y final de nuestra ruta en coche por Eslovenia y sopesamos profundamente los pros y los contras de alargar nuestra estancia, pero ya nos conocemos bien y somos conscientes de que si no la hubiéramos visitado habríamos  lamentado perdérnosla porque lugares con canales hay muchos pero Venecia solo hay una.

Sin embargo su centro “histórico-famoso-interesante” es tan bonito que su propio éxito le mata y es muy difícil sacarle todo el jugo en temporada alta y con una pequeñaja a cargo porque hay ciudades que no están hechas para ir con niños de esta edad.

Dicho esto, os recomiendo que olvidéis la silleta en el hotel porque el porteo en cualquiera de sus disciplinas (mochila, en brazos o intercalando ambas técnicas) es la única opción válida si no quieres ir atropellando marabuntas de turistas o convertirte en un “porteador” tirando del carro entre puentes estrechos y escaleras abarrotadas de gente.

He de hacer un inciso y explicar un pequeño detalle en lo relativo a la “planificación” que notaréis a lo largo de toda esta entrada. Lo habitual es que yo me haga el remolón con la organización del viaje y me limite a ver fotos del lugar donde vamos para que parezca que hago algo, mientras que Marta se encarga de casi todo lo demás. En esta ocasión me quedé sin escapatoria hacia el escaqueo porque ella estaba demasiado liada con los preparativos del viaje en general.

Como era de esperar, mi falta de costumbre en lo que a la organización previajera se refiere, dejó sin solucionar algunas cuestiones vitales a tener en cuenta cuando llegas a un lugar que no conoces y lo pretendes explorar.

Por ejemplo, en los preliminares pasé totalmente por alto plantearme «cómo llegar al centro histórico de Venecia» desde nuestro alojamiento (Smart Hotel Holiday). Al final este olvido no supuso ningún inconveniente porque en el hotel nos topamos con una recepcionista simpatiquísima que nos recomendó pillar el tranvía que une el barrio de Mestre  con La Isla cruzando por el Puente de la Libertad. El trayecto duró unos 35′ minutos reales y un par de horas psicológicas entre la gente, el calor, la niña, la mochila, leer notas, el mareo, etc.

Otra muestra de mi incompetencia organizativa fue que no tracé una ruta a seguir desde la Piazzale Roma (punto mas cercano al meollo histórico dónde se puede llegar en transporte público «seco») y nuestros objetivos.
Delegué esta responsabilidad en manos de Mr. Google Maps que se portó como un campeón y que, al tratarse de Europa es #bytheface.

Todo no iba a ser desorganización, improvisación y suerte. También vinieron algunos deberes hechos. Días antes de nuestra llegada volví a utilizar mis contactos en Mr. Google  y puse en el buscador: ¿Qué ver en Venecia?. De los miles de resultados eché un vistazo a los dos o tres primeros y coincidían más o menos en lo mismo.

Recogí dichos puntos en el siguiente mapa para facilitarme las cosas en campo:

Ojo, he añadido también maps el Parque Giardino Papadopoli aunque no destaque especialmente por su belleza. Su interés radica en que es de los pocos lugares en los que uno se puede permitir un pequeño respiro, un poco de esparcimiento, sentarse y descansar. Hay algunos bancos, césped, sombra… que te permiten alimentar o cambiar al bebe con cierta tranquilidad. Eso sí al poco tiempo de estar ahí estrecharas los lazos de sangre con cientos de mosquitos gigantes.


Si has echado un vistazo al plano, comprobarás que la mayoría de los lugares de interés como pueden ser  la Basílica de San Marcos, el campanario y el Palacio Ducal de Venecia se concentran alrededor de la Plaza de San Marcos

Perderse para llegar a esta plaza es imposible porque todo el mundo se dirige allí y además hay montones de carteles, cartelitos e indicaciones para llegar allá dónde desees. No te preocupes por perderte algún rincón con encanto porque no pasan desapercibidos ya que lo normal es que haya que esperar turno para hacerse una fotito con ellos de fondo.

Nota del Editor: Cuanto más tardes en hacerte ese selfie, mas tiempo darás al público en general a analizar de forma crítica pero constructiva tu modelito, los complementos que lo acompañan y sobre todo tu pose imposible. Así que no olvides echar tus mejores looks en esa maleta que te obligaron a facturar para quedar muy cukie en instagram.

Como ya he dicho antes, vine con algunos de mis deberes hechos y saqué ideas de: ¿Qué hacer en Venecia?, esta vez de la mano de Mochileando por el Mundo

De lo que recomendaban me habría gustado pisar cada uno de los 6 barrios de la ciudad o «Sesteri» (Annaregio, Castello, Dorsoduro, San Polo, Santa Croce y San Marco), pero contábamos con muy poco tiempo para ello y también me habría gustado buscar «Nissioeti» si me hubiera acordado de hacerlo.

Pero si navegamos en Vaporetto por el Canale Grande para pillar la perspectiva desde el agua del Puente de Rialto, Puente de la Academia del Puente de los Descalzos y de toda la ciudad.

Nos preocupamos por los precios, tal y como decían los colegas bloggeros y menos mal que lo hicimos porque las clavadas acechan hasta en la farmacia dónde se nos ocurrió acudir en busca de algo tan imprescidible en momentos de crisis como un chupete que no solo fue caro, sino que se perdió en 5 minutos.

 

Y también nos comimos un helado, eso sí, en pleno suelo veneciano porque los bancos o cualquier otro elemento arquitectónico que sirva para descansar las posaderas están en vías de extinción por esta zona.

Está claro que recomendaría Venecia pero tengo que reconocer no estábamos preparados para ella o ella no estaba preparada para nosotros.

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