Arranca nuestro corto viaje en familia por la Costa Brava, casi 4 días pausados pero suficientes para conocer algunos de sus mejores rincones, solo algunos, porque de toda la franja litoral desde Blanes hasta Porbou en la frontera con Francia que comprende la Costa Brava, para nuestra ruta nos hemos centrado en el tramo desde Tossa de Mar hasta la zona de Begur y evitar así largos trayectos de coche. Al final del post puedes ver nuestro acertado alojamiento.

Si uno de tus pasatiempos favoritos es la búsqueda y captura de la mejor playa, tienes que venir a Costa Brava, vas a encontrar calas rodeadas de pinares, con distintos tonos de azul y tan cristalinas que sólo desearás tirarte al mar. Pero es que además lo puedes combinar con paseos por caminos de ronda, encantadores pueblos marineros y otros medievales integrados en paisajes que recuerdan a la Toscana.

¿Nos acompañas en nuestra ruta?

CALA POLA

Dicen los expertos de la zona que esta es una de las mejores playas de la Costa Brava y no nos ha extrañado nada. Esta cala está a 6 km del centro de Tossa por la carretera que une Tossa con Sant Feliu de Guíxols, la carretera más bella de la Costa Brava. Tienes que llegar hasta las indicaciones de “Camping Pola” y aparcar junto a la entrada del parking y de ahí unos 400 metros a pie hasta la playa.

En verano será una playa alfombrada de campistas tostándose al sol  y aparcar será madrugar (muuuucho…) pero fuera de temporada hemos encontrado un paraíso mediterráneo.

Nota de papá: si hubiera imaginado que esta cala sería así, habría pasado por alto que todavía no me he puesto con la “operación bikini” y habría portado con los trastos de snorkel, incluyendo, eso sí, un neopreno, que uno ya está en edad de infartos.

TOSSA DE MAR

Después de una dosis playera en Cala Pola, otra de columpios (junto a la playa principal de Tossa, un parking y un punto de información turística) y una buena comida, llega la siesta inmediata de la pequeña y aprovechando el tirón nos dirigimos al recinto amurallado de Vila Vella,  clasificado como monumento histórico artístico nacional y la única fortificación medieval costera que se conserva en Cataluña. Un lugar imprescindible de la Costa Brava.

Se puede empezar la visita por el tradicional barrio de pescadores, Sa Roqueta, lleno de tiendecitas y restaurantes para continuar por las preciosas callejuelas empedradas, subir hasta el faro y descender por la muralla hasta el paseo marítimo.

PERATALLADA

Peratallada es el pueblo que más nos gustó y no creo equivocarme si digo que es uno de los más bonitos de Cataluña. Un pueblo medieval perfectamente conservado rodeado por una fosa excavada en la roca, de ahí su nombre.

Es el típico lugar que te pares dónde te pares hay una foto que tomar, además vas con niños y que sea prácticamente todo peatonal ayuda a que sean los peques los que impongan el ritmo (lento).

Puedes dedicar perfectamente una mañana a perderte por todas sus calles de piedra, en cada rincón un detalle, un restaurante o una tienda para los miles de turistas que lo visitan. Al contrario de lo que algunos piensan, aquí los negocios no restan autenticidad al pueblo, están tan cuidados y en armonía con el ambiente que yo más bien creo que le suman encanto y adornan aún más sus calles.

PALS

Si hubiéramos empezado el día aquí habríamos alucinado pero después de Peratallada, Pals se nos quedó un poco “corto”, menos negocios, algunas obras y un pelín menos cuidado a nuestro parecer, sin embargo hemos leído por ahí todo lo contrario.

No lo dudes, piérdete en sus calles medievales, disfruta de la Torre de las Horas, de la Iglesia de Sant Pere y tómate tu tiempo, primero para subir y después para contemplar una impresionante estampa del Bajo Ampurdán.

CALA AIGUABLAVA

Aiguablava es una cala situada en la localidad de Begur. Agua transparente con un color alucinante, poco profunda, arenita fina, envuelta de pinares y muy accesible. Hasta aquí podría cumplir todos los requisitos para ser perfecta si no fuera por todos los servicios con los que cuenta, algunas edificaciones entre la vegetación y que si en mayo está así, no quiero pensar como estará en agosto.

Si te apetece escapar un poco de las aglomeraciones puedes dirigirte al norte por un sendero perfectamente señalizado y acondicionado (aunque no para carros) que te lleva a la casi privada, rocosa y fotogénica Cala de Smiroli.

CALELLA DE PALAFRUGELL

¿Dónde he estado yo metida todos estos años para no haber oído hablar de este pueblo?

Aquí es donde nació “Mediterraneo” de Serrat. Un pueblo con alma marinera, casitas bajas encaladas, soportales, terraceo mirando al mar, barcas de pescadores en la arena y pequeñas playas de agua limpia unidas por un paseo peatonal. Todo un descubrimiento a pesar de no haberla disfrutado a pleno sol.

Desde aquí arranca uno de los más famosos caminos de ronda que recorren la costa catalana y que nos lleva hasta Llafranc, son 2 km pero ojo, demasiados escalones para hacerlo con carrito, pero lo suficientemente bonito como para no perdérselo.

Telma tiene 2 años y está en ese momento en el que no quiere ir subida en la mochila a la espalda pero también se cansa pronto de andar, así que David hizo el camino de ronda y nosotras optamos por plan de helado, paseo y playa en Calella.

SA TUNA

Nuestra última mañana la queremos seguir dedicando a otras playas de Begur así que nos dirigimos a Sa Tuna.

Aunque hay calas mejores en la Costa Brava, resulta un rincón con mucho encanto. Una playa pequeñita, de piedras y que intuyo también de aguas muy transparentes (sigue sin salir el sol) parece un poco incomoda para el baño pero con buena pinta para hacer snorkel.

Para disfrutar aún más de este entorno natural, recomendamos hacer desde aquí el pequeño tramo de camino de ronda de 1’1 km que va hasta Cala Aiguafreda, es apto para toda la familia pero hay tramos con escaleras.

Aiguafreda más que una cala para el baño es un pequeño puerto deportivo donde se suelen hacer practicas de submarinismo.

PLAYA ILLA ROJA

Ha sido nuestro descubrimiento inesperado. Aparcamos junto a Playa del Racó y accedimos por el desvío que hay a mitad de las escaleras a la derecha. La visitamos de milagro porque hay que caminar un poco para acceder y teníamos miedo a que a la cría le entrara un sueño repentino, pero nos arriesgamos y nos encontramos con una playa super chula, para los playeros más exigentes pero que además sean nudistas. Salvaje, de arena rojiza, dividida en dos por una enorme roca que nos pareció una versión reducida de la Playa de los Muertos en Almería.

Otros lugares no tan imprescindibles:

PLATJA D’ARO

Era “el prescindible” de nuestro viaje, el lugar dónde nos quedábamos que podía ser el “plan B” en caso de emergencia pero en ningún caso suponía una prioridad.

Casualmente, en nuestra planificación incluimos pasar el domingo por la tarde en Playa de Aro y para dar un descanso a la cría y a sus padres en cualquier parque infantil pero sin comerlo ni beberlo nos encontramos viendo la 1ª edición de El Carnaval dels Carnavals. Al parecer usar los disfraces solo en febrero no compensa y se han inventado un desfile, casualmente en el puente de mayo, para amortizar los ropajes.

La música y el colorido nos pareció un buen plan para echar la tarde con la pequeña pero ella opinaba que dónde se ponga una fuente o un tobogán que se quite un pasacalles.

BEGUR

No es de los que no hay que perderse pero sí puede ser un lugar de paso o donde venir a comer si estás por las playas de la zona. Tiene unas bonitas vistas y un casco histórico agradable, peatonal y con varios bares restaurantes con terraza.

DONDE ALOJARSE EN COSTA BRAVA

Siguiendo las recomendaciones del Pachinko, nos alojamos en el Camping Valldaro, a las afueras de Platja d’Aro, un lugar ideal para familias donde los niños se pueden asilvestrar por su enorme recinto sin peligro y a buen precio. A nosotros nos encanta porque un alojamiento así va más allá de los beneficios de un apartamento. Es perfecto si tu idea es turistear por la Costa Brava, pero si es coger poco el coche y tener la comodidad de ir andando todos los días a la playa (a la misma playa) no es el mejor sitio para quedarse.

El camping tiene tiendas de alquiler y bungalows con capacidad para 4 y 5 personas, todos con una pequeña terraza, calefacción y una cocina bien equipada.

Cosas como la ropa de cama, toallas, trona o cuna se alquilan aparte. No sé si también alquilarán bañeritas pero es algo a valorar por si te la quieres llevar de casa.

Cuenta con zona de juegos infantil, programa de animación para los niños, 3 piscinas al aire libre, pistas de tenis, mini golf, supermercado, restaurante y un montón de cosas más.

La única crítica que le hago es que me parece fatal que haya que pagar por tener wifi y que además sólo te sirva para un dispositivo.

En definitiva, me he encontrado con el mar que esperaba y por el que antes de llegar ya sabía que iba a querer volver, sin embargo he echado en falta más zonas vírgenes sin urbanizar por la costa y me han sorprendido  gratamente los pueblos y el entorno tan verde de toda la comarca. La Costa Brava merece muchísimo la pena para venir a pasar unos días y sobre todo si puedes hacerlo en el delicioso mes de junio.