Yala, un safari para principiantes


Las condiciones meteorológicas precipitaron, muy a nuestro pesar, la salida de Haputale hacia Tissamaharama, preferíamos disfrutar de un día mas en la zona sur mas seca en esta época. El trayecto de autobús directo dura unas tres horas y discurre por una carretera que merece la pena pelear por el asiento junto a la ventanilla porque vas a disfrutar de cada kilómetro con paisajes de bosques cerrados, palmerales, plantaciones de arroz  y alguna catarata.
La noche se nos echó encima pero teníamos muy claro el alojamiento que buscábamos, Traveller’s Home, recomendado por la guia como el mejor entre los económicos.  El hotel está situado en Main Road a 1 kilometro de la parada de autobús casi en las afueras del pueblo. Es un lugar fácil de encontrar pero a nosotros se nos complicó la cosa. Primero preguntamos a un señor que se ofreció amablemente a acompañarnos. Le seguimos pero nos daba la sensación de que no tenía muy claro donde quería llevarnos. Cuando ya habíamos andado unos minutos por una calle en la que parecía no haber nada (en la guía decía que el hotel estaba en el centro) paramos y nos dimos la vuelta. En ese momento llegó un chico joven en moto que se acercó y nos dijo que el era el sobrino de los dueños del hotel que buscábamos pero que estaba lleno y que le siguiéramos a otro mejor y mas barato. Algo olía mal, la situación no nos inspiró confianza (aunque en ningún momento sentimos peligro alguno) y nos dimos la vuelta buscando las calles principales del pueblo. Volvimos a preguntar, y en menos de 20 minutos ya estábamos negociando con la dueña de “Travellers Home” el precio de la habitación y el safari para el día siguiente (13.000 LKR – 83,50€).

Por curiosidad le pregunté si tenía un sobrino, ella me dijo que no.
La habitación nos supo a gloria tras la precariedad de la casa de Haputale. Un baño que daban ganas de usar, toallas y sábanas limpias,  WiFi en el bar del establecimiento pero lo disfrutamos poco porque había que madrugar. Recomiendo que leais el final de la entrada.

A las 5:00 am. pasó a recogernos el todoterreno. Era el típico vehículo preparado para los safaris fotográficos con seis asientos dispuestos en diferentes alturas. Nosotros íbamos solo tres pasajeros y eso se agradeció para movernos con libertad de un lado a otro.

A unos 20 minutos a velocidad rally de Tissamaharama se encuentra el Parque Nacional Yala.  Nosotros llegamos justo antes del amanecer y otros mil 4×4 también. Al principio pensé que esto iba a ser rollo caravana lentita de coches uno detrás de otro por caminos perfectos haciendo fotos de animales sobrealimentados como cualquier zoopark. Sin embargo, me equivoqué rotundamente.

Nuestro conductor era un chaval que apenas tenia edad para beber alcohol y mucho menos para tener permiso de circulación. Vestía un gorro rasta y una camiseta de “Bob Marley” (lo cual me inspiró mucha confianza) y  le encantaba su trabajo se le notaba disfrutar cuando iba a toda caña metiéndose en los charcos, sorteando obstáculos y subiendo/bajando pendientes imposibles, eso sí, se paraba en seco cuando había cualquier bicho interesante que observar. Supongo que todo esto formaba parte del espectáculo, pero me encantaba.

En las casi 6 horas que duró el recorrido por el parque pudimos ver búfalos de agua, ciervos, jabalís, elefantes, cocodrilos, varanos, tucanes, águilas, pavos reales y mogollón de “bichos” varios, sin embargo, el rey del parque se nos escapó. Intuimos los leopardos, escuchamos sus rugidos pero únicamente pudimos identificar algunas manchas entre la maleza (snif, snif).

No podemos decir que el safari por Yala nos gustó, porque nos encantó.

Sólo puedo ponerle dos pegas a nuestra experiencia en el Parque Nacional:

  1.      No llevar mi teleobjetivo que se quedó en casa para ahorrar peso y espacio en la mochila.
  2. Me supo a poco, no me malinterpretéis, fue genial pero me provocó una necesidad que antes no tenía: pegarnos otro safari cuanto antes.

No queremos terminar esta entrada sin deciros que hablamos con los dueños de “Traveller’s Home” y nos dijeron que harían un descuento del 20% a todos aquellos que digan que van de nuestra parte. Pusimos esta pegatina en uno de los mapas que hay pegando a las mesas de recepción para que recuerden quienes somos. Ya nos contareis si ha sido así.

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2 comentarios en «Yala, un safari para principiantes»

  1. Yo también estuve allí en 2008, y la verdad que me fascinó el lugar; llovía a mares, pero vimos muchos animales y yo aluciné con un cocodrilo que estaba comiéndose un elefante muerto (por muerte natural); el cocodrilo era grande no, lo siguiente.

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