De camping sin morir en el intento

Me pasé las vacaciones de media vida en una tienda de campaña y de esos veranos guardo grandísimos recuerdos. Sin embargo, también me acuerdo de momentos cargados de tensión e incomodidades.

De pequeño el verano no comenzaba oficialmente hasta el día de “la carga”.  La carga era el acontecimiento familiar que generaba esas grandes tensiones.

El problema a resolver consistía en meter una tienda de campaña tamaño chalet, una cocina desmontable, tres colchones hinchables, un televisor, un frigorífico, un armario, una despensa, 45m2 de parquet sintético, un sistema de iluminación, una lona techo de 45m2, dos bicicletas, todo el menaje de cocina incluyendo pequeños electrodomésticos imaginable, la ropa de 4 personas y un millón de cosas, cositas, artilugios y cacharritos varios dentro del maletero de un coche y un pequeño remolque.

El apartado anterior merece una mención especial la comida. Mi madre pensaba que la costa granadina era un páramo desértico en el que no había supermercados por lo que teníamos que hacer hueco al “rancho” de varios meses.

No se bien cómo, pero a base de cuerdas mi padre lograba encajar la tonelada de equipamiento en el vehículo.

Una vez superada la logística entrabas de lleno en el montaje que era la fase en la que la tensión se multiplicaba por dos porque había que descargar lo cargado y montar algo parecido a un “minicirco” en el menor tiempo posible sin que se notara demasiado mi escaqueo y sin llevarme una colleja durante el proceso.

No hay que olvidar que la problemática montaje-carga-desmontaje se repetía a la inversa al final del verano, con el añadido del estrés postvacacional sobrevolando los ánimos de toda la familia, es decir, al recoger, la colleja si estaba asegurada.

Toda esta parafernalia cambió mi perspectiva de lo que significa ir de camping.

No se pasa bien llevando la casa a cuestas y montando un chiringuito que pretende ofrecer las comodidades de un apartamento pero tampoco es cómodo pasar la noche durmiendo en el suelo como un faquir.

Se trata de alcanzar el equilibrio entre “trastos” y comodidad.

A continuación dejaré algunos consejos que a mi me funcionan para disfrutar plenamente de la experiencia de acampar. En ellos parto de la premisa que el medio de transporte para llegar al destino ha sido el coche por dos motivos fundamentales:

  • Podemos permitirnos acarrear cosas que de otra forma sería impensable
  • El camping rompe uno de los principios básicos de los viajes para “depatitas”: ligereza de equipaje.

1. Concienciación: Mentalizarse es crucial para pasarlo bien. Tienes que tener muy claro que estas de camping no en un hotel o apartamento. Nunca compares los pros y contras de estas formas de viajar porque son incomparables y muy diferentes.

La acampada tiene sus propios tiempos, es decir, no esperes tardar lo mismo vestirte en un inmaculado baño bien iluminado con un gran espejo donde todo está bien colocadito que en el reducido habitáculo de una tienda canadiense alumbrada con una linterna.

Para terminar con el apartado de concienciación no puedo dejar de lado el tema del “tiradismo”. Lo más probable es que llegues a la tienda de campaña con los pies más sucios que cuando ibas camino de la ducha. Deja tus mejores galas en casa porque aquí no te van a hacer falta, utiliza ropa poco delicada, práctica y que no te importe guarrear (porque lo harás).

2. Intenta llegar de día, créeme montar se complica cuando solo cuentas con una linterna y a mi mujer iluminando.

3. Mantén el orden en todo momento: El interior de la tienda puede convertirse en un inmenso agujero negro en que resulta imposible encontrar nada si todo no esta ordenado y localizado.

4. Equipamiento básico:

  • Tienda de campaña
  • Linterna o lámpara
  • Martillo
  • Colchón hinchable (El primer gran invento), sábana ajustable, y almohada (segundo gran invento)
  • Inflador
  • Saco de dormir
  • Sillas o taburetes (permanecer muchas horas en el suelo sentado machaca los riñones y es tremendamente incómodo)
  • Algún elemento que haga las veces de mesa, en mi caso utilizo un cajón de plástico que además me permite disponer de espacio de almacenaje.
  • Esterilla para colocar en la entrada de la tienda y así calzarte y descalzarte en un lugar limpio, además evita que entre porquería
  • Un cepillo y un pequeño recogedor para limpiar la molesta arena del interior de la tienda, de la esterilla de la entrada y de los pies antes de plantarlos sobre el colchón.
  • Candados para bloquear las cremalleras de las puertas mientras estas fuera
  • Cuerdas para tender las toallas, los bañadores, etc.
  • Pinzas de la ropa (siempre se les encuentra una utilidad)
  • Velas. Ahorran pilas y dan un muy buen rollito que te cagas. Las velas si son antimosquitos mejor, todo lo que sea ponérselo difícil a esos pequeños hijos de puta será bienvenido.
  • Hablando de mosquitos no puedes dejar en casa el repelente de insectos y un spray insecticida para rociar el interior de la tienda.

 

5. Equipamiento alternativo:

  • Sistema eléctrico: Puede que quieras disponer de electricidad para iluminación, cargar los equipos electrónicos e incluso cocinar. Para ello precisarás un buen alargador, de unos 10m (a veces los puntos de luz están alejados) y un ladrón para conectar varios enchufes a la vez.
  • Cocina: El tema cocina merece una mención especial. Si optas por preparar tus propias viandas deberás llevar lo siguiente:
    • Hornillo de gas o eléctrico
    • Olla, sartén, platos, vasos, cubiertos…
    • Un poco de aceite, sal y pimienta
    • Lavavajillas y estropajo

Tal y como he comentado anteriormente, la mejor opción para ir de camping sin morir en el intento es que la estancia no sea demasiado larga y que la “mudanza” no sea excesiva y no conozco a casi nadie que no  pueda sobrevivir unos días sin cargar el móvil o comer caliente. Además hay que tener en cuenta que disponer de electricidad supone un gasto añadido equivalente al precio que paga una persona por pasar la noche (o sea un abuso). Por estos motivos suelo prescindir del equipamiento alternativo.

Uffff, he releído este ladrillaco y la verdad es que casi se me han quitado las ganas de ir de camping pero los “pros” de esta modalidad vacacional superan con creces sus contras:

  • El precio es mucho mas bajo que ir a un hotel o alquilar un alojamiento
  • La ausencia de paredes da sensación de libertad 
  • Los campings suelen estar situados en entornos privilegiados
  • Es ideal si te gusta la naturaleza
  • Es más probable que se admitan mascotas en este tipo establecimientos
  • La acampada favorece mucho conocer gente nueva

Añadirías algo mas???

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4 comentarios en «De camping sin morir en el intento»

  1. Qué bueno! Magnífico argumento. Mi consejo: asegurarse de las medidas de la tienda. Yo se de unos que después de armar el pifostio resultó que la tienda de campaña era diminuta, hasta sentados rozaban el techo! Parecía una caseta para el perro. Su estancia en el camping fue de todo menos confortable pero los demás….nos reímos mucho ��

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  2. Imagino la situación que nos cuentas y tuvo que ser muy gracioso. Pero si, cierto, es una de las cosas a tener en cuenta, de hecho si vas en una tienda donde te puedes poner de pie, la experiencia en el camping casi que puede cambiar radicalmente, eso de estar agachado para todo es una de la mayores incomodidades del camping.

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